
Mujeres marfileñas víctimas de mutilación genital, "orgullosas" tras una cirugía reparadora

Con la cabeza en alto y una amplia sonrisa, Adèle Koue Sungbeu camina con orgullo hacia su lugar de trabajo, cerca de Abiyán. Víctima de una mutilación genital (MGF) en la adolescencia, acaba de pasar una cirugía reparadora y, con 45 años, vuelve a ser una mujer completa.
Adèle es una de las 28 mujeres marfileñas que fueron sometidas a cirugía reparadora en abril en un hospital público de Treichville (sur de Abiyán) durante una misión del Fondo Muskoka, creado en 2010 por iniciativa del gobierno francés tras una cumbre del G8.
La cirujana obstetra Sarah Abramowicz, referencia en reparación genital femenina en Francia, estuvo a cargo de las intervenciones.
Bajo un calor sofocante y con recursos limitados, la cirujana, su asistente y un anestesista recibieron a Adèle, que llegó acompañada de su hermana menor y unas primas. El equipo médico francés procedió a la reparación de su clítoris y labios genitales internos.
Madre de tres hijos varones -de 22, 16 y 12 años- y en proceso de divorcio, cuenta que no tenía "realmente problemas, pero estaba incómoda ante la mirada de sus parejas".
"Sentía placer pero era la forma en que me miraban. No decían nada pero se notaba que no estaban cómodos. Eso me incomodaba. Cuando veía a otra mujer constataba que yo era diferente. Al abrir la piernas todo era plano", confiesa sin tapujos esta partera.
"Desde hace tiempo quería que me reparasen, pero no sabía a quién acudir. Es una cirugía delicada, tiene que hacerse bien. ¡Luego nos enteramos de que venían blancos!", cuenta riendo y emocionada después de la operación.
"Aún no vi el resultado. Pero estoy orgullosa de haberlo hecho. Estoy contenta", repite sentada en una gran sala donde otra mujer, de 31 años, que prefiere no dar su nombre, espera su turno.
"Fui hasta Burkina Faso para operarme, pero no fue posible. A mí me mutiló una partera cuando tenía 6 años. Me afecta en mis relaciones y mi esposo se fue por eso", relata la treintañera, que afirma haber gastado 370.000 francos CFA (unos 630 dólares) en una intervención que no se realizó.
- Reparación integral -
Uno de los objetivos de esta misión es permitir que las mujeres puedan pasar las intervenciones gratuitamente en hospitales. "Que no sea algo accesible solo para las que pueden pagarlo en clínicas privadas", subraya Stéphanie Nadal Gueye, coordinadora del Fondo Muskoka.
Para ello, la misión —con un presupuesto de unos 67.000 dólares— incluyó un componente importante e inédito de formación para médicos obstetras hospitalarios.
Abramowicz formó a 10 cirujanos de seis países africanos francófonos (Guinea, Benín, Senegal, Chad, Togo y Costa de Marfil, país anfitrión de la misión).
También se capacitaron siete profesionales paramédicos, principalmente parteras, para un abordaje "integral" y para ofrecer un seguimiento psicosocial a las 28 pacientes, de modo que no sean estigmatizadas.
"Se repara bien cuando se repara de manera integral", explica Abramowicz, una de las pocas mujeres que realizan este tipo de cirugía en Francia.
Más de 230 millones de niñas y mujeres —alrededor del 6% de la población femenina mundial y 30 millones más que en 2016— fueron sometidas a una mutilación genital femenina, operación reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos, según un informe publicado en marzo de 2024 por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
En Costa de Marfil una de cada tres mujeres es víctima de esta práctica.
"El interés de esta misión es introducir la opción de la reparación genital, tanto en el personal sanitario como en estas mujeres", afirma Abramowicz.
"Sería ideal que se convirtieran en portavoces. Hay algo militante en el hecho de hacerse reparar. La lucha empieza así", asegura la cirujana, quien afirma recibir "diez fotos al día de la evolución de los clítoris", prueba de lo felices y orgullosas que están sus antiguas pacientes.
F.Edwards--SFF