
Kirk murió baleado pero sus partidarios siguen defendiendo el porte de armas en EEUU

Boeden Seitzinger aún está "traumatizado" por la muerte de Charlie Kirk. Este electricista se encontraba en las primeras filas del evento en una universidad en Utah, en el oeste de Estados Unidos, donde el influencer pro-Trump fue asesinado de un disparo en el cuello.
"Vi sangre saliendo a chorros de su arteria carótida", cuenta a la AFP el joven, que llevaba una gorra roja con la inscripción "Make America Great Again", el lema del presidente Donald Trump.
"Era evidente que no iba a sobrevivir. Fue aterrador", agrega Seitzinger al participar el jueves en una vigilia en memoria de Kirk en Orem, el suburbio de Salt Lake City donde el activista conservador fue asesinado el 10 de septiembre.
A pesar de la muerte de esta figura de la derecha estadounidense, Seitzinger rechaza totalmente la idea de instaurar controles más estrictos para obtener armas de fuego en Estados Unidos.
"Eso no habría cambiado nada. Cuando se quiere, se puede: las personas consiguen armas, pase lo que pase", sostiene.
El presunto asesino de Kirk se entregó a la policía el viernes. Las autoridades aún no han explicado en qué circunstancias fue comprado el rifle con mira telescópica encontrado en unos arbustos cerca de la escena del crimen.
Pero una cosa es segura: Utah es uno de los estados más permisivos en materia de armas. En esta región muy conservadora, los adultos pueden portar armas de fuego sin permiso, excepto los jóvenes de entre 18 y 20 años.
En los campus, como el de la Utah Valley University donde Kirk fue asesinado, tener un arma es posible siempre y cuando se tenga un permiso.
- Defensor de la Segunda Enmienda -
Seitzinger, de 18 años, iba a cazar con su familia desde niño y adquirió su primer rifle hace unos meses.
La compra le llevó 30 minutos, el tiempo necesario para que la tienda verificara sus antecedentes policiales. El joven se opone a cualquier norma que le hubiera obligado a esperar varios días.
"Eso no es lo que Charlie habría querido", estima. "Charlie solía decir que un arma de fuego es tan peligrosa como la persona que la maneja. No hay que culpar al arma de fuego, sino más bien a la persona que la maneja".
"El hecho de que él esté muerto no me hace tenerle miedo a las armas, me hace tenerle miedo de las personas", apunta.
Kirk, que fue abatido mientras respondía a una pregunta sobre los tiroteos, muy habituales en Estados Unidos, era un ferviente defensor de la Segunda Enmienda de la Constitución de este país, que garantiza el derecho a portar armas.
El activista llegó a afirmar que "vale la pena pagar el precio, por desgracia, de algunas muertes por arma de fuego cada año para que podamos tener la Segunda Enmienda para proteger nuestros otros derechos otorgados por Dios".
Con más armas de fuego en circulación que habitantes, Estados Unidos tiene la tasa de mortalidad por armas de fuego más alta de todos los países desarrollados. En 2024, murieron por esta causa más de 16.000 personas, sin contar los suicidios, según la oenegé Gun Violence Archive.
- "Disonancia" -
En Estados Unidos, los sucesivos gobiernos no han logrado hasta ahora detener los tiroteos, un flagelo de la vida cotidiana seguido sistemáticamente por las tradicionales "oraciones" enviadas por los dirigentes políticos.
A los 73 años, Reed Fansworth también rezó por Kirk con cientos de personas durante la vigilia. Entre la multitud, este gerente de una empresa de informática vio a algunas personas portar armas y eso le dio tranquilidad.
"Utah es un poco como el Lejano Oeste", dice, sonriendo mientras sostiene una gran bandera estadounidense. "Cuando todo el mundo porta un arma, la gente se comporta".
"La muerte de Charlie no cambia mucho las cosas", asegura. "Debemos preocuparnos por las personas que sienten esa ira, pero no debemos quitarle las armas a todo el mundo".
Leah Marett confiesa sentir una "disonancia" ante el asesinato de Kirk. Pero para esta estudiante de 25 años, el debate sigue siendo "irresoluble".
"Hay tantas armas que, incluso si intentáramos sacarlas de circulación, no todos las entregarían", estima. "Dejaríamos a muchas personas peligrosas armadas y los inocentes quedarían indefensos".
Q.Taylor--SFF